Después de vaciar diez o doce cañas casi sin respirar (si señores, a Bonecrusher le pierde el ansia) hemos llegado a conclusiones que la mayoría de vosotros no creeríais.
A dos pasos de la borrachera, hemos trazado teorías que muchos científicos no entenderían ni estando sobrios, desenmascarado a caraduras que sonrojarían al mismísimo Bear Grylls, defendido opiniones en las que no creemos, hemos enervado al más tranquilo y calmado al más nervioso...
Hemos contemplado un Ford Orión con el capó forrado de pegatinas de llamas y hemos visto mezclar Rayos-C con Coca Cola cerca de las puertas del bar Tannhauser.
Le hemos replicado a un replicante… (Supera eso si puedes, Rutger Hauer… XDDD)
Y para que todas esas chorradas que soltamos en el bar no se pierdan en nuestra memoria como dos peces de hielo en un whisky on the rocks, hemos decidido que es hora de contarlo.
Caballeros y caballeras, que diría nuestra entrañable Bibiana, abróchense los cinturones.
Llegan nuestras teorías de bar.
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