Amigos del blog, bienvenidos una vez mas al polígono de lo absurdo, a la chatarrería de lo estúpido, al taller de manualidades de preescolar del sinsentido, a la comunidad de vecinos de la mala hostia (que alguien me pare, que me estoy viniendo arriba)… etc, etc.
Hoy vamos a seguir con el manoseado tema de los pepinos españoles; un tema tan serio que no hemos podido resistir la tentación de producir una segunda parte, como en esas películas de naves y frikis asmáticos con capa que blanden fluorescentes a dos manos.
Venga, que me parece que hoy me estoy desviando con demasiada facilidad, así que vamos directamente al lío antes de que pierda el hilo.
Bien, pues como todo el mundo sabe ya, resulta que los alemanes han decidido atacar nuestro entrañable país de pandereta lanzando un señor torpedo a la línea de flotación de la industria ibérica, dinamitando la santabárbara de la economía española, golpeando el corazón del I+D peninsular: si, amigos, atacando el pepino ibérico (léase esto último con esa inolvidable sintonía que aparecía en los documentales del malogrado Félix Rodríguez de la Fuente).
Bueno, pues tengo que decir que a nosotros este ataque de los alemanes nos parece algo totalmente injustificado, un golpe a traición, una cuchillada recibida sin provocación previa.
Vale, es verdad que Alonso se la metió doblada dos veces al Ferrari de Schumacher con un Renault (un Renault, ojo, la marca que perpetró el Twingo morao, una frikada a la que algún día dedicaremos un monográfico).
Como iba diciendo, reconocemos que estuvo feo por parte de Alonso eso de humillar a un heptacampeón del mundo con un Renault, pero pensamos que es desproporcionado responder a eso soltando un montón de mierda sobre nuestras hortalizas.
Como dice el bueno de Nacho Vidal (al que volveremos mas adelante), con las cosas de comer no se juega.
Y es que una cosa es picarse un poco con otro friki a 300 y pico por hora conduciendo un pepino millonario y otra muy distinta es hacer que un montón de frikis pierdan millones con sus pepinos porque un puñado de alemanes se han pasado de frenada en el water.
Recapitulando en el pasado mas reciente de nuestra relación con Alemania, también está el tema de la selección de fútbol, que se la metió doblada dos veces (se repite otra vez el número dos, como en una extraña suerte de galimatías digno de nuestra nave de lo anormal, queridos amigos) a la selección teutona en la Eurocopa y en el Mundial.
Con el cachondeo del pulpo Paúl incluido, al que algún friki de la política quiso nacionalizar como español con el comprensible estupor de todos esos pobres diablos que vienen a la piel de toro a trabajar y a pesar de llevar un buen puñado de años currando siguen teniendo menos papeles que una liebre.
Pues bueno, es cierto que lo del fútbol probablemente fue un duro golpe para nuestros vecinos, pero en realidad yo sospecho que la puntilla se la hemos dado a los alemanes con eso de que nuestro Nacho Vidal haya decidido comprarse un ático en Múnich y se esté preparando allí a base de batidos de proteínas para metérsela doblada dos veces a… (bueno, tratándose de Nacho, vete a saber cuántas veces a cualquier alemana que se cruce en su camino).
Y ahí ya no nos metemos a defender nada, ojo, que este tema de Nacho Vidal es muy delicado. Que aquí todos tenemos hermanas, madres, etc, etc...
Bueno, pues que queréis que os diga sobre este tema, queridos amigos del blog...
Si es que por mas que lo intento no me puedo enfadar con nuestros vecinos teutones, joder; es que les entiendo perfectamente (bueno, todo lo perfectamente que pueda llegar a entender un español a un alemán, que ese idioma a mi por lo menos me suena a caballos haciendo gárgaras).
Es más, también entiendo todos esos extraños casos de diarrea del país vecino.
Si yo fuera alemán y alguien me menciona la palabra “España” con todo lo que hemos nombrado antes, creo que yo también empezaría a cagarme en todo.
Especialmente si soy de Múnich y tengo un par de hijas de 20 añitos…
Entonces ya es que estoy seguro de que me cagaría vivo, vamos.
Por no hablar de esa senadora alemana que un buen día se levantó de la cama y decidió por sí misma que el mal de todos sus compatriotas solo podía proceder de esa panda de vagos sureños, morenos incompetentes, vividores indisciplinados, picaros cetrinos, etc, etc, que para Alemania es España, para nosotros es Marruecos y para Marruecos será… pues yo que sé, cualquier sitio que esté más al sur que ellos, y así sucesivamente hasta llegar a la Antártida.
En fin, amigos, que voy a ir finiquitando el tema este, que mañana tengo que madrugar para tramar un montón de maldades y todavía no me he podido lavar los dientes.
En conclusión he de decir que desde Karma Letal queremos romper un pepino a favor de la lanza española (y viceversa) y además también queremos decirle a todos los alemanes que tienen razón, que el pepino español está que te cagas.
Por las bragas.
Saludos ^^
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