15 jul 2011

Jodiendo clásicos


Nos joden, nos joden y nos joden con los recibos.

14 jul 2011

El Ingenioso Azote de los Perroflautas




En una sociedad de España, de cuyo nombre nuestra ministra de Cultura ahora no quiere acordarse, no ha mucho tiempo que vivía un friki de los de “a dios rogando y con el mazo dando”, ideas antiguas, curriculum flaco y enorme ambición.

Es, pues, de saber, que este frikazo, los ratos que estaba ocioso (que eran los más del año) se daba a cazar paginas de perroflautas por la red con tanta afición y gusto, que olvidó casi de todo punto el ejercicio de la razón, de la ética y aun la correcta administración de su sociedad; y llegó a tanto su obsesión y desatino en esto de empapelar piratas, que desvió muchos euros que en realidad pertenecían a otros frikis, para enriquecerse y seguir teniendo perroflautas que cazar; y así llevó ante la ley todos cuantos pudo haber dellos y un buen día incluso estuvo a punto de mandarle un requerimiento judicial al bueno de Johnny Deep; y de todos, ningunos le parecían tan bien como aquellos que pinchaban música en una boda, silbaban en la ducha, cantaban en el banquete de una comunión, o compraban un triste cd virgen en una tienda, porque la claridad del perroflautismo de todo ello, le parecía de perlas; y más cuando llegaba a leer enlaces de descarga y comentarios de desafío de usuarios del Emule, que así se llamaba su rocín, donde muchas veces hallaba escrito: SGAE, me cago en Vu3s€R@ &u^@ M;•%&/, hijos %E &ut@ ¡!!

Con estas y otras semejantes razones perdía nuestro pobre friki el juicio, y desvelábase por entenderlas, y desentrañarles el sentido, que no se lo sacara, ni las entendiera el mismo Ramoncín, si regresase a la SGAE para sólo ello.

En resolución, se enfrascó tanto en su caza, que se le pasaban los días y las noches denunciando jóvenes pokeros por el emule, y así, del poco trabajar y del mucho cazar piratas, se le secó el cerebro y se le empezó a ver el cartón, de manera que vino a perder el juicio.
Y como perdió el juicio, la guardia civil le mandó a la trena, la Ministra Sinde tuvo que comparecer a justificar lo injustificable y a nuestro friki le encerraron en una mazmorra llena de todo aquello que veía en las paginas de descarga, en las escaleras del metro, en las bodas, bautizos y comuniones y asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella historia de descargas y perroflautas, que para él no había otra historia más cierta en el mundo.
Ni siquiera aquella vieja historia de la ducha, el perroflauta y la descarga ilegal de la pastilla de jabón que tantas veces le contaron de pequeño, cuando el mundo era un feliz sitio sin internet...

FIN